CHOCO-CHAI

«Alimento de los dioses». Así se traduce literalmente Theobroma, el nombre científico del árbol del cacao. Y así lo consideraban los antiguos Olmecas y Mayas, quienes lo cultivaban y apreciaban profundamente. 

Esta semilla sagrada se preparaba como una bebida fría, espumosa y fermentada, rica en nutrientes y de sabor amargo. Un regalo divino de Quetzalcóatl, el cacao era utilizado por los médicos mayas tanto como estimulante como por sus efectos calmantes. Entre sus muchas recetas, se combinaba con chile picante, maíz y, en ocasiones, miel, potenciando sus propiedades vigorizantes y revitalizantes. Su valor era tal que también se usaba como moneda. 

El cacao es una fuente poderosa de antioxidantes, magnesio y teobromina, un compuesto que aporta energía y bienestar sin los efectos adversos de la cafeína. También favorece la producción de serotonina y endorfinas, ayudando a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés.

Una de sus virtudes menos conocidas es su capacidad para potenciar la asimilación de muchos hongos adaptógenos, como la melena de león, el reishi y el cordyceps. Su perfil lipídico y la presencia de ciertos alcaloides favorecen la biodisponibilidad de los compuestos activos de estos hongos, maximizando sus efectos sobre el equilibrio del cuerpo y la mente.